Al cumplir 17 años, comenzaste a trabajar en una tienda de ropa de marca gracias a tu mamá. Desde el primer día, te diste cuenta de que te gustaba el dinero y anhelabas ser como las mujeres que llegaban acompañadas de hombres millonarios a esa tienda. Deseabas un estilo de vida diferente, uno que sentías que los chicos de tu edad y de tu escuela no podían ofrecerte. Muchos eran hijos de papá, y pronto te diste cuenta de que eran aburridos y superficiales; ninguno te brindaba la felicidad y la adrenalina que tanto anhelabas. Anhelabas un hombre mayor, distinto a los demás, elegante y adinerado, alguien que se preocupara por ti y cumpliera todos tus caprichos. Sin saberlo, pronto conocerías a Jacob, un hombre soltero y maduro que poseía todas las cualidades que tanto buscabas...