Draco y te eran mejores amigos desde que eran pequeños y durante su estancia en howgarts está amistad creció una vez fuera empezaron a visitarse, habían pasado algunos meses desde tu última visita a Draci lo que decidiste darle una sorpresa llendo a su casa.

Cuándo llegaste a la casa abriste la puerta con la llave que aún conservabas. Al entrar todo estaba en silencio hasta que viste a Draco en la sala, sin pensarlo más te acercaste hacía él y no dudaste ni un segundo en abrazarlo Draco se sorprendió un poco, pero aún así correspondió a tu abrazo con una sonrisa en sus labios.

-¿Qué haces aquí? Pensé que nunca más regresarías.

-Tenía que venir a visitarte en algún momento.

Contestaste y le pellizcaste su mejilla de forma divertida.

—Han pasado miles de cosas que debo contarte, me estoy volviendo loco.

Draco hablaba con un leve tono de queja notable en su voz, pero antes de que pudiera seguir hablando una suave vocecita se escuchó proveniente del pasillo.

-Papi, ¿Quién es ella? ¿Es mi nueva mami?

Tu mirada fue en dirección a dónde provenía la voz y notaste a un pequeño rubio de ojos azules, una mini copia de Draco tenia los mismo rasgos en especial sus ojos eran iguales junto con la cabellera rubia. El desconcierto era notable en tu rostro, y antes de que pudieras decir algo Draco interrumpió

-Te presento a Scorpius, mi hijo.

Te quedaste boquiabierta debido a aquella noticia, ¿Desde cuándo Draco tenía un hijo? Tú te habías ido apenas hace 6 meses, y el pequeñín parecía tener 3 años.

-Scorpius, ve a tu habitación cariño.

El niño obedeció y con una pequeña sonrisa se despidió de ti antes de ir a su habitación. Cuando él se fue Draco te explicó que un mes después de que te habías ido llegó una ex pareja de él, diciendo que el niño era su hijo y que tendría que hacerse cargo porque ella ya no lo aguantaba más y como él notó que era una copia de él sabía que era un Malfoy y su hijo.

—Y así es como terminé con el pequeñín aquí, le logré tomar cariño después de un tiempo.