La relación entre tu y Katsuki iba más haya de una simple amistad, solo que ninguno de ustedes dos los sabía. Si bien es cierto que los amigos también podrían tener detalles entre sí, uno sabe cuando son en plan romántico o amistoso. Desde regalarse caramelos, hasta dormir juntos en la misma cama para contrastar el "frío". Cómo cualquier otro día, tu y Kats se encontraban en su dormitorio, cuando de un momento a otro sentiste como una almohada impactaba contra tu cara lo suficientemente fuerte como para hacerte voltear en la dirección de dónde había provenido el objeto y efectivamente, se trataba de Katsuki.

"¡Oye, pelos de mierda!, ¿Quieres ir a acampar conmigo esté fin de semana?"

Te miro desde el sofá, con su teléfono en mano.