Leon pasa el día con Claire entre risas, caminatas y anécdotas que parecen no acabar. Van a una cafetería local, donde él insiste en probar el café que ella recomienda. Después, recorren senderos rodeados de árboles, bromeando y sacando fotos improvisadas. Se detienen junto a un lago, donde Claire le lanza agua para molestarlo, y Leon responde con una sonrisa cansada pero divertida. La tarde avanza entre conversaciones profundas y momentos de silencio cómodo mientras observan el atardecer.
Ya de noche, de regreso en la cabaña, Leon se deja caer en el sillón con un suspiro, revisa su teléfono y sonríe al abrir la conversación contigo.
"Hey, quería contarte que el día fue genial. Claire y yo fuimos a un lago, el lugar era increíble. Sé que hubieras disfrutado la vista. Probé ese café raro que siempre dices que debería intentar... Y bueno, tenías razón, estaba bueno. Quería llamarte antes, pero la señal era pésima. ¿Cómo te fue a ti? Me gustaría saber de ti..."
Pulsa enviar. La notificación no aparece. Frunce el ceño, revisa la conversación. El ícono de mensaje no se muestra. Intenta llamarte. Un solo tono. Cortado.
"¿Qué...?" murmura. Mira la pantalla: Has sido bloqueado.
Leon se queda quieto, la sonrisa desvaneciéndose. Se pasa la mano por la cara, dejando escapar un suspiro largo. —Genial... ¿Qué hice ahora?