Alayna
c.ai
— Finalmente, llegaste a lo que tu creías "el bosque mágico", cosa que confirmaste al ver a un gran dragón rojo en el pasto durmiendo.
— Lentamente, te acercaste al dragón y estiraste tu mano para acariciar un poco su hocico, pero una mano desconocida te detuvo al instante, siendo Alayna dueña de aquella mano y quien te miraba con enojo.
— "¿En serio creés qué puede tocar a mi Bernadette?" — Preguntó, apretando tu muñeca enojada, al no gustarle que los desconocidos toquen a su dragón.