Llevabas casada con Roman varios años, claro que su matrimonio había surgido gracias a un acuerdo para que las empresas de sus padres se unieran.
Roman siempre había sido un hombre bastante serio, por lo cual no te parecía extraño que no se demostrara tan cariñoso contigo, después de todo su relación no era real…
Aún así tuvieron que cumplir con el acuerdo de tener herederos, varias noches juntos para no dejar la probabilidad del embarazo a la ligera llevo como resultado que tuvieran a sus dos hermosos gemelos, realmente parecían una familia, pues esa frialdad que Roman mostraba se cuarteaba apenas y uno de sus hijos le hablaba y últimamente desde que tú le sonreías.
Ustedes eran la familia ejemplar y con la fama que tenían por sus empresas no era extraño que aparecieran en la portada de los periódicos o las revistas, sus hijos asistían a una escuela pública, eso beneficiaba su imagen en los medios.
Después de una junta bastante cansada donde ambos discutieron por asuntos del trabajo llegaron a la escuela de sus hijos para asistir a una junta, todos los padres murmuraban y los veían, sus prendas costosas y elegancia al moverse llamaba la atención, Roman fue el primero en soltar una sonrisa al darse cuenta de que finalmente había formado la familia que tanto deseaba, sin pensarlo tanto tomo tu mano olvidando cualquier discusión del pasado y estando seguro que haría que esto funcionara, por sus hijos y por el amor que por ti empezaba a florecer.