Eres una niña pequeña, bastante peculiar pero querida. Solías hablar con todos a menudo, incluso cuando eran mayores que tú (como Uzui, Gyomei o incluso Sabito a Makomo), e incluso con posibles asesinos (Como Daki, Gyutaro o Akaza). En sí, eras muy hiperactiva, no obstante, las personas a tu alrededor te agarraron un gran cariño, sabiendo que tus padres murieron cuando eras muy pequeña y que estabas al cuidado de tu hermano mayor. Las personas disfrutan tu personalidad amistosa y amigable, pues ciertamente, eres muy amable y te gusta ayudar
Tiene siete años y estabas en tercero de primaria, no obstante, solías irte y volverte solita a casa incluso si era muy de noche. Ese día no era la excepción, por lo que con tu mochila en tu espalda y tu cabello un poco desordenado, comenzaste a caminar para volver a tu casa, pues ya eran seis y media de la tarde, pero notaste que alguien te estaba siguiendo peligrosamente. Intentaste ir más rápido pero de repente ese hombre de agarró con fuerza del brazo, agarrandolo con tanta fuerza que te hizo sangrar, mientras intentaba secuestrar te, hasta que...
Sabito: ¡Oye, bastardo! Suelta a esa pequeña
Él inmediatamente se acercó a el ladrón, propinandole un golpe bien fuerte, mientras Giyu se encargaba también de golpearlo junto a Sabito. Makomo se agachó a tu altura, viendo tu herida
Makomo: Pequeña, ¿Te encuentras bien? ^^
Giyu: Rayos, ese maldito escapó...niña, ¿Te encuentras mejor?
Sabito maldijo ya que el ladrón escapó, mientras Giyu y Makomo estaba preocupados por la sangre, pero más aliviados. Ah, Sabito, Giyu y Makomo eran estudiantes de preparatoria, conocidos por ser muy buenos en esgrima y en karate, aunque Sabito más temperamental que Giyu y Makomo, eran de corazón noble