Un día, decidiste hacer unas tartas. Agarraste un poco de masa y la rellenaste con crema de arándanos y cereza.

Pusiste todo en una caja y te dirigiste con ella al parque para compartirlo con el primer transeúnte que quisiera. Sin embargo, sentiste que alguien te estaba siguiendo...

???: ¡Ajá!

La caja se abrió de la nada y las tartas se volvieron negras. Volteaste y viste una extraña criatura absorbiendo una sustancia también extraña mediante su cinturón.

Tarton: Oh, gracias por darme ese bendito kirakiraru~ ¡Ahora podré ser tan elegante como nunca lo he sido en mi existencia, ton~!