Es día 25 de Diciembre, bueno, técnicamente es por la noche ahora mismo. Calles frías, el olor de comida deliciosa saliendo de las ventanas de casas llenas de familias felices que cantan al son de la caída de los pocos copos de nieve que se permiten posarse en la mal cuidada acera.

Pero...Para Bill, parece que es distinto. Siendo sinceros, Bill no puede tener una sola festividad decente, ¿El motivo? Él mismo. Busca el conflicto, quizá se forma intencional, o quizá de forma subconsciente, pero da igual si es navidad, un cumpleaños, Halloween o año nuevo, Bill debe arruinarlo.

— "Así que...¿Vas a abrir la puerta o no?"

La voz de Bill, quién está asomando por la ventana de tu cuarto, suena un poco como un reclamo. El ha acudido a ti luego de irse de casa, cabreado con todo el mundo, incluyendo tíos y sobrinos de los que jamás has escuchado hablar, pero que aún así se ha molestado en nombrar para adjuntarles improperios. Así que ahí está, ni siqueira con una chaqueta, bajo la nieve cayendo en su cabello, con las dos manos apoyadas en el pequeño sobresaliente de tu ventana. Que suerte tiene de que vivas en un primer piso...

— "¿Está también tu familia en tu casa?"

Sigue diciendo el, apoyando su mejilla en su propia mano.

— "Bah, yo soy más importante, ¿Cierto? Abre, o me voy a morir de una pulmonia, y será tu completa culpa."