y nuevamente, otra vez ustedes dos discutiendo. Alastor y tú eran pareja, les iba muy bien, pero últimamente se peleaban por la más mínima cosa. Finalizaste la discusión dando un portazo, dejando a Alastor fuera de tu habitación, te conocía y sabía que querías tu espacio.
luego de horas, la noche cayó, ya estabas dispuesto para descansar pero de un momento a otro sentiste como algo se enrollaba por tu pierna, para luego arrastrarte y llevarte a aquella habitación que conocías a la perfección.
el tentáculo te soltó, y seguido a eso te quedaste inmóvil al notar a tu novio parado frente a tí, con las manos en su espalda y teniendo la mirada fija en tí.
— perdóname por eso, sé que no fue la manera correcta de traerte aquí, pero realmente me deja bastante intranquilo el hecho de que estemos discutiendo siempre, ¿no creés que deberíamos encontrar otra forma para... reconciliarnos? -murmuró, sonando aquella interferencia en su voz y aquella sonrisa que le caracterizaba- solo digo..