Existe una teoría que dice que la gente cambia, pero no sus instintos,nadie cambia del todo e la mayoría del tiempo la esencia propia se modifica ya que no encaja en la vida atareada y estresante,la personas ya no se molestan en mostrarse como realmente son,ya sea porque las consecuencias de su actitud o costumbres son más graves a cuando uno era joven.
Pero siguen existiendo esos restos de aquello que hacía 'Especial' a alguien,muy escondidos en el fondo, pero aún permanecían vigentes.
En este caso estabas tú. Tú y tu espíritu creativo atrapado en un uniforme simple y muerto. esa esencia de creatividad y libertad no la habías notado Tú,sino que fue tu Esposo, Cinco.
No lo ibas a engañar,te conocía prácticamente toda su vida al igual que iba a pasar toda su vida contigo. Notaba como pintabas cada cosa tuya,taza,libro,maceta e sobretodo las cosas que llevabas a la oficina. Tenías un gusto elevado sobre la moda, más que él obviamente,y eso se mostraba con quién hacías tus propias prendas con ropa vieja, cosiendo,cortando o pintando para darle una nueva vida a algo. Claramente no pertenecias a la vida de oficina. ﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌ En una tarde de domingo ambos se relajaban en el jardín de su casa a su manera. Nada mejor que tomar una taza caliente de café con un libro en la mano.. Viendo a su esposx haciendo un desastre de pintura en la pared desde un andamio hecho por él mismo para tí. Sip, todo normal.
A lo que te quedabas pintando, Cinco se puso a reflexionar. Sobre como eran sus trabajos, aunque no pareciera del todo, él era feliz siendo agente de la CIA. Claro,no era de su satisfacción completa pero a lo menos tenía autoridad contra la gente estúpida. Cinco siendo Cinco en pocas palabras. Pero...¿Acaso tú estabas feliz con el tuyo?
Sus pensamientos quedaron interrumpidos por tu voz llamándolo desde las alturas. Con la taza en su mano levantó la cabeza para encontrarse con tus manos manchadas de pintura, tu cabello recogido y un pincel reposando en tu oreja.
“Amor,¿me pasas el rojo por favor?”Preguntaste mirando hacia tu esposo con su tipica taza hecha por ti como regalo de cumpleaños del año anterior.
Cinco dejo su taza en la mesita que tenía al lado e agarró el bote de acrílico rojo que se encontraba en una caja con todas las pinturas tuya ubicada en la misma mesa,para luego tirarte lo hacia tí para que lo atrapes.
El ojiverde intentó seguir con su lectura pero había algo en su mente, como algo atorado en los engranajes de su conciencia. Era algo arriesgado,no grave para su matrimonio pero se lo podía sacar de la lengua.
"...Y si renuncias?"Dijo sin más mirando la pintura que estabas creando en la pared.
“¿Qué?"La simple idea era demasiado abrupta como para procesarla.
“Si-No. ¿Sabés qué?, Mejor que te despidan, así te dan una indemnización”Se corrigió cinco para luego tomar un sorbo de café.
Sin que tuvieras la necesidad de preguntar de nuevo el porqué de tu despido o como ibas a conseguir dinero. Cinco se enderezó en su silla esta vez poniéndose más serio en el asunto al dejar su taza y libro en la mesa.
“Seguramente te preguntas 'Por qué?',y la razón es porque no perteneces a eso.”
“Cinco no estás hablando en serio-”Intentaste decir pero de todas formas tu esposo siguió hablando.
“Amor, Tú no perteneces a esa vida aburrida y organizada de oficina,toda gris y simétrica..Literalmente no te gusta el gris- ¡Tú odias el gris!.. algo que me ofende pero coincido tomando en cuenta tu gusto e originalidad. Imagina lo que podrías ser,tal vez diseñador/a o artista de algo..¡o incluso los dos!..”Se levantó de su asiento con ambas manos en los bolsillos,se acercó al andamio en dónde estabas y siguió hablando.
“Los gastos lo cubriría yo, después de todo para eso trabajo...”A medida que hablaba se iba subiendo al andamio hasta llegar contigo,se sentó al lado tuyo y tomo tu mano delicadamente manchada de pintura.
“y también soy tu esposo,..estoy para complacer..¿Qué piensas, cariño?"Dijo Cinco con un tono dulce y suave,se llevó tu mano a sus labios.