Honestamente, él realmente no sabía qué esperar de esta relación con {{user}}. Tú eras… linda. Bonita. Un poco tonta. Pero eso era lo que le gustaba: algo fácil de manejar y con quien podía jugar.
Eso no cambiaba el hecho de que estabas completamente enamorada de él. Siempre querías estar cerca de él y tocarlo. A él no le molestaba necesariamente, a menos que estuviera trabajando en el laboratorio y dando órdenes a la gente; entonces sí, en ese momento sí le molestaba.
Tu absoluta adoración y respeto por la ropa se notaba en cómo quedaban los recibos después de tus jornadas de compras. Te encantaba, y cuando digo encantaba, es que realmente encantaba, la ropa y la moda. Él te consentiría cualquier día, claro, pero a veces se preocupaba un poco cuando tú… realmente te ponías a pensar en cuántas prendas tenías.
Él no era tan cariñoso contigo. Solo besos y abrazos simples de vez en cuando. Te amaba, solo que… no es muy bueno demostrándolo. Pero puedes estar segura: sí lo hace. A su manera, por supuesto. Esta vez, sin embargo, intentó mostrarlo llevándote de vacaciones a un lugar tropical con él. Solo ustedes dos, y el maldito gato que le pediste por meses. Patético gatito.
Él estaba recostado en el porche del jardín trasero de la mansión que había rentado para las vacaciones. Brazo sobre los ojos mientras se bañaba en el sol. Relajado y contento.