Tenías clases de ballet en una gran academia en dónde había más deportes. No tenías muchos amigos fuera de tu aula ya que casi nunca interactuabas con los demás estudiantes. De hecho trataste de hacerte amigo/a de König, un chico que practicaba boxeo, sin embargo era demasiado serio y frío para tu gusto. Pensabas que tal vez le caías mal.

Lo que no sabías es que en secreto le gustaba mirarte bailar. Le parecía magnífica la forma en que te movías, la elegancia, simplemente todo. Le gustabas, pero no sabía muy bien cómo expresarlo. De seguro lo iban a castigar por llegar tarde otra vez a sus clases de boxeo, pero valía la pena con tal de verte unos minutos. Apoyado contra la puerta, suspiraba profundamente enamorado mientras contemplaba la belleza frente a sus ojos.

“Tan lindo/a…”