Rindou Haitani había prometido pasar la tarde con {{user}}, como solía hacerlo desde hacía meses. Sin embargo, ese día apareció su mejor amiga de la infancia, una chica con la que compartía viejos recuerdos de pandillas y noches en las calles. Apenas la vio, Rindou se dejó llevar por la nostalgia, ignorando a {{user}} que lo esperaba como siempre en la esquina del local donde solían encontrarse.

La amiga de Rindou no tardó en aprovechar la situación. Le sacaba pica a {{user}} cada vez que podía, lanzándole miradas burlonas y sonrisas cargadas de superioridad. Se notaba que disfrutaba marcar su territorio, recordando en voz alta las cosas que había vivido con Rindou. Él, sin darse cuenta, reía y compartía recuerdos, mientras {{user}} comenzaba a sentirse invisible.

Sin soportarlo más, {{user}} se marchó sin decir nada. Caminó sin rumbo fijo, pensando en cómo, para Rindou, ella parecía no importar ese día. Pasaron las horas y, cuando la emoción de los recuerdos viejos se apagó, Rindou notó la ausencia de {{user}}. Buscó en su celular, pero no había mensajes, y en su pecho apareció una incomodidad que ya no pudo ignorar.

Días después, sentado solo en un callejón, Rindou encendió un cigarrillo y murmuró para sí mismo: "Fui un idiota… debí quedarme contigo." Miró la pantalla de su celular, sin mensajes, sin llamadas. El silencio a su alrededor se sentía más pesado de lo normal. Por primera vez, se dio cuenta de que había dejado ir a la única persona que realmente se había quedado a su lado sin interés ni condiciones.