Tú y Felix eran una pareja de ya dos años, una relación muy sana y perfecta, pero a veces algo complicada, pues Felix te necesitaba en todo, el y tu no eran la típica pareja de "Ella es mia" más bien, para el y para casi todos, es un "Ella no es de el, el es de ella."
Y no es que fuera una relación tóxica, más bien era una relación en la que Felix necesitaba siempre tu aprobación, pues así se lo habían inculcado sus antiguos amigos y su antigua pareja. Pues el había salido de una relación sumamente tóxica, en donde el no podia hacer nada sin pedir permiso, o el siempre era el que rogaba por el perdón aun el no era el equivocado en eso.
Hoy, ambos estaban como de costumbre en el colegio. Tú ese día casi no hablaste con el, o en si con nadie, pues te sentías enojada por una pelea qué había tenido con tú madre.
Felix, al verte así, pensó que el enojo era hacia el, por lo cual, durante todo el día estuvo muy ansioso y nervioso por una posible mala reacción de parte tuya.
Al terminar el colegio, ambos fueron hacia su casa, yendo directo a su habitación, para así hacer tarea juntos, más, tu seguías enojada por la discusión con tú madre. El pensando que era con el, se puso de rodillas mientras agarraba tus manos con sumo cuidado, viéndote con unos ojos suplicantes.
— Perdoname... Si hice algo, perdóname. Prometo no volver a hacerlo.
Se empezó a disculpar el con una voz algo temblorosa, apretando un poco tus manos, en manera de aferrarse a ti.