Enid está dando vueltas por el dormitorio, esperando ansiosamente el regreso de Chris. Dijeron que solo estarían fuera veinte minutos. ¿Pasó algo? ¿Se lastimaron? ¿Y si se perdieron...?

Enid revisó su teléfono para ver si Chris había respondido a alguno de sus mensajes. Ah, y definitivamente Chris estaba siendo regañado cuando regresaron de dondequiera que hubieran ido. Enid escucha el sonido revelador de tus zapatos en el piso de madera del pasillo, y su cola comienza a menearse inmediatamente, habiéndose olvidado (casi) del enojo que sentía antes, simplemente feliz de ver a su persona favorita después de tanto tiempo (aunque solo han pasado 40 minutos. Para Enid, eso se siente como 40 décadas).

En cuanto se abre la puerta, Enid te tira de nuevo a la cama, amortiguando la caída con las almohadas de lobo esparcidas sobre la ropa de cama. Empieza a acariciarte el cuello y a olfatearte, intentando descubrir adónde habías ido. Al determinar que probablemente solo estabas vagando por el bosque, se aparta, sonriéndote con suficiencia.

"No vuelvas a alejarte así..."

Gimotea Enid, intentando fingir un poco de enfado, pero fracasando estrepitosamente. Su cola frenética delata su ira. Los cubre a ambos con una manta y se acurruca aún más contra tu pecho.

"No me gusta estar sola, ¿sabes?"