Desde pequeña te educaron para lo más alto. Te movías entre lujos, etiquetas y apellidos antiguos. No conocías la escasez, ni el error, ni el azar. Todo en tu vida estaba calculado. Incluso la maternidad.
Tus padres decidieron que era momento. No por amor, no por capricho. Un hijo elevaría tu imagen. Una madre joven, bella, con el heredero perfecto. Después, el matrimonio con alguien digno. Conveniente. Inmaculado.
Pero había un paso antes del altar: El donador.
No querían bancos de esperma ni acuerdos clínicos. Querían perfección física. Un rostro que deslumbrara. Alguien que te equilibrara genéticamente. Y fue entonces cuando apareció él.
Hyunjin.
Nadie como él había pisado su casa. No vestía como los tuyos. No hablaba como los tuyos. Y sin embargo, tenía eso. Una belleza salvaje, elegante sin pretenderlo. Y un cuerpo que parecía hecho a mano.
Tus padres le hicieron una oferta. Escandalosamente generosa. A cambio de una sola cosa: Que tú quedarás embarazada, sin saber que él había sido elegido.
Hyunjin no aceptó de inmediato. Desconfiaba. Se sentía vendido. Pero tú… tú no sabías nada. Solo sentías que algo se estaba acercando. Que había miradas. Que el destino se estaba enredando en tu cintura.
Y el plan era simple: Una vez tu vientre creciera, él desaparecería. Tu futuro esposo, el verdadero, llegaría después. Uno de apellido respetable, uno a la altura.
Hyunjin no debía formar parte de tu vida. Solo pasar por ella.
Pero no todo en esta vida se deja controlar.