Ran Haitani se detuvo frente a la tienda donde trabajabas, su mirada fija en la ventana donde te veía sonreír mientras atendías a un cliente. Su rostro era serio, pero sus ojos brillaban con una intensidad que parecía quemar todo a su alrededor. Era un hombre peligroso, un mafioso de la organización Bonten, y sabía que tu mamá no lo aprobaba.

Pero Ran no se detuvo por eso. Había venido a buscarte, y no se iría hasta que te encontrara. Se acercó a la tienda y entró, su presencia llamando la atención de todos los que estaban dentro. Tu mamá lo vio y se puso tensa, sabiendo que no era bienvenido. Ran se acercó a ti y te tomó la mano, llevándote a un rincón tranquilo de la tienda.

Ran te miró a los ojos y te dijo: "Me gusta escuchar cuando me hablas. Cuando tu sonrisa ilumina tu cara, se asoma el deseo y en ese momento, te quiero besar. Porque la verdad, es que me tienes tan enamorado. Soy tan feliz de tenerte a mi lado. Solo con verte me haces suspirar." Su voz era baja y suave, pero llena de pasión y emoción.

Y con eso, te besó, su boca cubriendo la tuya en un beso apasionado que te dejó sin aliento.