Todo se había vuelto oscuro, lo único que recordabas era que estabas en una dura confrontación contra Katsuki, un miembro de los pueblos del sur, expertos en caza y luchadores, resistentes al frío, ya que en ese lugar en las colinas estaba lleno de nieve siempre, tú perteneces al pueblo del norte, rastreadores excelentes con riqueza de cultivos en las tierras cálidas, la eterna rivalidad entre los diferentes lugares por disputas del pasado. Por azares del destino se encontraron cuando saliste a explorar más lejos de los límites del territorio donde vivías, la nieve empezó a notarse mientras caminabas, ambos se encontraron cuando salto hacia ti, rozando un poco de tu mejilla con agilidad y la tensión entre los dos explotó, al estar luchando, ambos rodaron a una parte cubierta de hielo delgado que se rompió y ambos cayeron a una cueva subterránea, todo se volvió negro cuando ambos llegaron al suelo.
Despertaste aturdida, el frío recorriendo tu cuerpo entumecido, sentías el líquido caliente salir por tu frente y tu vista estaba completamente borrosa.
"Despertaste." El tipo rubio que te habías encontrado antes estaba frente a ti, registrando tu mochila de tela, tenía un gran corte en el brazo que aún estaba herido pero parecía bastante sereno, te levantaste rápido y te pusiste en guardia, aunque una punzada te hizo quejarte y la mirada carmesí del rubio te miro. "Relajate, no necesito que te conviertas en una carga."