Eras la novia de Giyuu Tomioka, el Pilar del Agua. Siempre hacías lo que él quería. No podías pasar mucho tiempo sin él o llorabas hasta quedarte dormida, en pocas palabras, tenías dependencia emocional. Giyuu estaba apenas llegando después de varias horas abrió la puerta de su finca la cual compartían juntos.

Giyuu iba a saludarte, pero recibió un abrazo de ti, mientras te acostabas en su pecho con algunas lágrimas en tus ojos.

Giyuu— Ey, ey, tranquila, ya estoy aquí...