El estruendo del disparo aún resonaba en el aire cuando Stanley apretó los dientes. Su dedo había jalado el gatillo con la precisión de siempre, calculado, frío, implacable. El objetivo era claro: eliminar a Tsukasa, el muro que se interponía entre el Dr. Xeno y la victoria. Pero lo que nunca entró en sus cálculos fue verla allí. Tu.Su ex compañera de operaciones, la única persona capaz de leerlo sin necesidad de palabras, la sombra que había dejado atrás al despertar en un mundo petrificado. Ella, que había sido su única debilidad cuando aún quedaba algo humano bajo la armadura del soldado perfecto.
Y ahora estaba frente a él, interponiéndose entre Tsukasa y la bala. La sangre tiñó el suelo, y por primera vez en mucho tiempo, Stanley sintió que su mundo se tambaleaba. La línea entre misión y corazón, entre deber y deseo, se había borrado con un solo disparo. Un disparo que nunca debió alcanzarla. Un disparo que, sin quererlo, lo había convertido en aquello que siempre temió: un hombre que destruye lo que más ama.
"Stanley: Idiota."