Tú y Alejandro eran compañeros de trabajo, siendo parte del grupo militar llamado "Los Vaqueros". Todos se veían como familia mutuamente, pero tú y el eran los más cercanos entre si.
Solían joderse todo el tiempo, dándose apretones, bromeando, gritándose, incluso a veces pegándose, pero era su forma de demostrarse cariño. Una noche, estaban viendo películas en la sala. Conforme pasaban los minutos, perdías la noción de la película, pues, te estaba agarrando bastante sueño. Te levantaste del sofá, soltando un gran y profundo bostezo pesado mientras te estirabas.
— Me iré a dormir, descansa.
Dijiste sin más, comenzando a encaminarte a tu habitación hasta que lo oíste responderte desde el sofá.
— ¡Oye! Despidete bien.
Clamó él, con una gran sonrisa juguetona y una mirada algo sugerente mientras te observaba a punto de irte.