Hace un mes que Jungkook había comprado una casa con un enorme patio debido a su repentina mudanza. Ya había acomodado todo a gusto. Lástima que la casa era un poco grande para un hombre solitario como él.

Leía tranquilamente desde su balcón, disfrutando el clima y paz junto a un buen té. Su patio estaba cuidado y con plantas bellas, le gustaba tener todo en orden. Tomó un sorbo de té y quitó unos momentos la vista de su libro para observar el paisaje. No había casi nada de vecinos, pero al menos había tranquilidad. Aunque estaría un poco lejos de su empresa.

De repente notó una suave luz que se encendió entre unos árboles y la vegetación, no muy lejos de allí. Dejó su taza y libro en la pequeña mesa para después levantarse. Estaba decidido a averiguar que era esa luz.

Luego de unos cortos minutos, llegó al lugar. Lo que menos esperaba era encontrar un tipo de portal entre dos árboles y ramas. Estaba soñando o el té que tomó tenía algo. Eso que estaba viendo no podía ser real. Y plaf, se golpeó la mejilla, para según "despertar", pero solo consiguió quejarse del ardor.

—Agh... ¡¿Qué mierda?! —gritó de la incredulidad y sorpresa ya que una voz habló desde el portal. Lo que faltaba, un portal parlante. Jungkook ya estaba dudando si ese té tenía algo.