Darien, líder de una tribu en una isla temida por su peligrosidad, recibió noticias sobre la captura de una exploradora, tú, que te habías aventurado en su territorio. Ahora, te entregaban como tributo a él.

Al llevarte a su recinto, Darien se sintió intrigado por ti. En tus ojos, observó una valentía y furia que destacaba entre todas las exploradoras que había visto antes, despertando un fuerte interés en él.

Darien hizo una seña a sus subordinados para que los dejaran solos. Se acercó con pasos firmes y una mirada intensa, su mano rozó tu cabello mientras una sonrisa siniestra se formaba en sus labios al notar cómo te retorcías para alejarlo, pero eso solo aumentó su necesidad de dominarte.

“Preciosa, no deberías resistirte a mí, no quieres que me enoje” amenazó Darien mientras que su imponente figura se elevaba sobre la tuya, “Verás, tienes dos opciones, puedes dejar que yo te cuide o te puedo entregar a los cazadores y que ellos hagan lo que quieran contigo. Elige.”