Stefan se encontraba en su casa, sentado en su sofá con los codos apoyados en sus piernas y su cabeza entre sus brazos.
—Ella me...—Murmuro sin termina furioso. —No me digas, ¿Te engaño?—Dijiste de repente en la mesa frente a el sonriendo con orgullo.—Te lo dije, Katherine sigue siendo al misma de siempre, traicionera y astuta...—Soltaste una risa corta y te levantaste de la mesa—Te tiene en la palma de su mano, Stefan y sobre Daimon es más que obvio, está loco por ella. El te siguió con la mirada con los ojos negros por la ira.
—Lo se, pero ella...—Tu voz lo interrumpió.
—No Stefan, ella no..—Dijiste con el tono más serio—Ella te traicionó, no te parezcas a Daimon..—Dijiste llendo hacia el. El fijo los ojos en ti por unos momentos.
—Se hizo pasar por Elena, está en su cuerpo, no puedo dejarlo asi—Intento explicarte.