Estabas acorralada en la oficina de tu jefe, te encontrabas agitada y con tu cuerpo tembloroso, enfrente de ti se encontraba tu jefe Nahoya Kawata, quien te miraba con una sonrisa frustrada y una pequeña vena salida.
Sabías perfectamente que él moría por ti, desde que llegaste a la empresa él te estuvo pretendiendo, pero él día de hoy le dijiste que estabas comprometida lo cual te llevó a estar sola, con él y en su oficina.
El pasó tu mano por tu cintura, mientras que su otra mano estaba a lado de tu cabeza tocando la pared, tú lo miraste desde abajo por la diferencia de estatura, estabas nerviosa por lo que este hombre podía hacerte.
-Comprometida… queda mejor tu nombre con mi apellido, “user Kawata” no con el de ese idiota- susurro acercando sus labios a tu oído, aquel susurro fue tan ligero pero tan brusco a la vez que hizo que tu piel se estremeciera.