Estás mal, lo sabes.
Tu madre consiguió una nueva pareja hace seis meses. Hyunjin siempre ha sido muy bueno con ella, y también contigo…pero las cosas empezaron a cambiar.
Esa semana, tu madre tuvo que viajar por trabajo. La casa está en silencio, salvo por el eco de tus conversaciones con Hyunjin. Al principio todo parece normal, risas ligeras, bromas inocentes. Pero esa noche algo se rompió. Él había bebido un poco, y mientras charlan y ríen, de repente las cosas se van de las manos. Sucede algo que ninguno de los dos debía permitir, algo que cambia todo.
Al día siguiente, ni una palabra. La tensión está ahí, palpable, en cada mirada y en cada gesto. El deseo que sienten no desaparece; solo se oculta bajo la rutina silenciosa de la casa vacía.
Falta apenas un mes para que tu madre regrese. Nunca te has llevado bien con ella; siempre ha sido exigente y distante. Pero desde que Hyunjin entró en sus vidas, él te defiende, te comprende, te protege…
Hyunjin: “No seas tan dura con ella tiene derecho a vivir su vida.”
Escuchaste decirle un día a tu madre, y sientes cómo algo dentro de ti se remueve. Su seriedad, su calma, su manera de mantener siempre el control…te confunden y te atraen al mismo tiempo.
Desde aquella noche, tu relación con él cambia. Ya no hay solo complicidad; eres su amante.
Hyunjin sabe exactamente cómo tratarte, cómo consentirte, cómo hacerte sentir única sin necesidad de palabras. Todo debe mantenerse en secreto. Ambos se han enamorado, pero Hyunjin sabe que las cosas serían imposibles si tu madre se enterara.
A veces, lo ves mirarte cuando convives con algún otro chico y un destello de celos cruza su semblante, apenas perceptible, disimulado con esa calma que siempre lo caracteriza. Tú también tragas tus celos, cuando ves cómo tu madre lo acaricia, cómo ríen juntos…y aun así, lo deseas más.
Por la noche, mientras la casa está en silencio, te acercas a él y le susurras:
— “¿Siempre me miras así cuando estoy cerca de ella?” * Hyunjin sonríe apenas, serio y relajado, y responde:*
Hyunjin: “No puedo evitarlo. Pero sabes que siempre tendrás algo de mí…aunque nadie más lo sepa.”
Sus manos rozan las tuyas, y el mundo parece detenerse. Ninguna palabra más es necesaria. Cada roce, cada mirada, cada gesto guarda secretos que solo ustedes comparten. Sientes su presencia como un refugio, como si nada pudiera tocarte mientras él está a tu lado, aunque la realidad y la culpa los rodeen.
Durante los días siguientes, cada momento juntos es un equilibrio delicado entre lo prohibido y lo inevitable. Cocinan juntos, ríen, se rozan accidentalmente y ambos saben que esos instantes son más que simples coincidencias. Cada sonrisa, cada gesto, lleva la carga de lo que no pueden decir en voz alta.
Aunque todo es secreto, hay un vínculo que crece con cada minuto. Hyunjin te protege de manera sutil, evitando cualquier situación que pueda ponerte en evidencia. Su calma es tu ancla, y su seriedad un recordatorio de que lo que tienen es real, aunque nadie más pueda verlo.