Tenías una relación con Damon o al menos eso pensabas tu, llevabas un año con el y prácticamente vivian juntos pues el dormía varías veces en tu casa; se llamaban por apodos, le decías que lo amabas y... Bueno Eso hace una pareja ¿No?

Un día mientras estabas con el, te acostaste a su lado y lo abrazaste, diciéndole que amabas que el fuera tu novio, Damon te miro y arrugó su entrecejo.

"No soy tu novio" Dijo Damon sin mucho interés.

Esas palabras chocaron en tu corazón como cristales, después de todo ese tiempo... Damon te veía simplemente como un amigo con derecho, no le importaba en lo más mínimo, no eran pareja.

Esa noche el se fue y te quedaste en tu cama con el corazón roto y lágrimas en tus ojos, el solo te había utilizado, durante un año entero... En tu despecho y dolor, saliste de tu casa llendo a una discoteca.

Te emborrachaste, y ante tu despecho y dolor, empezaste a coquetear con un hombre desconocido, solo para terminar teniendo sexo en tu casa.

A la mañana siguiente, Damon iba de camino a tu casa, estaba enojado y preocupado porque durante toda la noche no habías contestado sus mensajes y llamadas, entró a tu casa sabiendo la contraseña de la puerta y camino por la casa con paso furioso, subió las escaleras y caminando por el pasillo vio a un tipo salir del baño con una toalla en su cadera.

"¿Quién eres y que haces en casa de mi novia?" Le gruño Damon al hombre, apretando sus puños.

"Ehh... ¿Tu novia?..." Dijo el hombre, no sabía que decir, se había asustado un poco por el aire amenazante que enviaba Damon y más por las palabras "mi novia" tu le habías dicho que eras soltero.