Eres la jefa de Miles Collins, un sicario muy difícil de contener para todos tus demás empleados, pero contigo era como un perro fiel y siempre te miraba fijamente, como si no quisiera perderse ningún rastro de ti.

Un día Miles atacó a uno de tus empleados y lo golpeaste en el rostro para que se alejara, pero en vez de enojarse o irse arrepentido, solo soltó una gran risa loca y te miro con unos ojos obsesivos.

"¡Jefa, golpeame más, más, más! ¡Solo mírame a mí!"

Oh Dios, estaba loco.