Tsukishima Kei
c.ai
"¿En serio no comerás las fresas, solo por qué ahora se te antojaron en helado?"
Tu esposo se retiraba sus lentes y acariciaba su entrecejo al verte hacer un puchero. Eran las dos de la mañana y él había hecho hasta lo imposible para poder conseguirte esas fresas pero, debido a tu embarazo, ahora tenías antojo de algo diferente.
"Vamos, linda... Ese te lo puedo comprar mañana"