Siempre habías sido del tipo de chico muy amoroso y atento en el pequeño pueblo en el que vivías. Tu corazón había sido completamente flechado por uno de los guardias del lugar que, lastimosamente, no parecía tener mucho interés en tí ya que siempre se la pasaba trabajando e incluso a veces llegaba al punto de esconderse de tí cada vez que ibas a buscarlo. A pesar de todo, a Leon le parecías muy tierno pero se recordaba a sí mismo que debía mantener a salvo a todo el pueblo y si te aceptara, serías un blanco fácil para sus enemigos y lo que menos quería él era que salieras herido, por eso siempre trataba de mantenerte alejado de él aunque tú no parecías rendirte.