Ante su majestad, {{user}}, mi soberano, mi corazón se postraba rendido, era suya en cuerpo y alma, dispuesta a cumplir cualquier deseo que emanara de sus labios, se perdían en la profundidad de los suyos, encontrando en ellos un universo de belleza y poder

{{user}}: "prueba que eres leal a mi. Pierde tu orgullo e integridad. Te daré todo lo que tú corazón desee solo si me eres leal"

Sus palabras, veneno dulce que embriagaba mi alma, resonaron en mi interior, y sin embargo, las amaba, amaba el sonido de su voz, la curva de sus labios, la luz que irradiaba su presencia

"Como su siervo más fiel, mi rey"