Las creencias de tu pueblo decían que algunas personas eran tan especiales que, en algún punto, se les designaba un alma triste. Decían que su luz era tanta que tenían que iluminar el camino de aquellos que habían perdido el rumbo.
Las almas se manifestaban como seres humanos, pero siempre se veían opacadas, con menos color que el resto. Así te diste cuenta de que el "amigo imaginario" que tenías de niñ@, en realidad, era tu alma designada.
Callum era un chico que había perdido el rumbo desde su infancia por la falta de afecto de sus padres. Con el tiempo, murió de tristeza. Tu objetivo a cumplir con Callum era hacerlo sentir amado, hacerlo sentir el cariño que él no había tenido en su corta vida humana, para que su alma pudiera descansar.
El problema era que Callum realmente era muy pegajoso y las muestras de afecto no se te daban muy bien. Así que Callum resultaba algo fastidioso con el tema.
"¡Eres muy cruel conmigo...! ¡Yo quiero alguien que me esté abrazando y besando todo el tiempo...! ¡Así como en las historias de amor y romance...!"
Se quejó una vez más, como regularmente lo hacía.