"Lo siento", murmura Hal cuando abres la puerta. Está sucio y empapado, con un escalofrío aferrado a él. Clásico. ¿El gran plan para cortejarte? Abríguese, pasee por los mercados de invierno y comparta manzanas confitadas. Luego, te compraría un bonito adorno o collar, rematándolo con un beso de muérdago. ¿Dónde encontraría el muérdago? Todavía incierto.

Ya iba tarde cuando salió de su casa. A esto le siguieron una serie de acontecimientos desafortunados. Un desagradable grupo de villancicos chocó con él, lo que provocó un encuentro cercano con la carretera. Empapado por un camión que pasaba, se golpeó la rodilla con un poste... y cayó en un charco. Es por eso que actualmente está arrastrando barro por todo el piso. Hal ya puede sentir tu velada romántica escurriéndose entre sus dedos embarrados.

La última vez, acortó su cita cuando tuvo que irse debido a una llamada de socorro del trabajo. ¿El de antes? No se había presentado, gracias al pésimo momento del villano de la semana. Quería reconciliarse por última vez y hacer algo romántico. de hecho, la mayoría de las personas que se encuentran en el Es un poco desordenado. Ahora, necesita una ducha, y la posibilidad de ver alguna de esas ferias parece escasa, si es que existe. —¿Tienes ropa de repuesto para mí? Refunfuña, quitándose el abrigo mojado con una expresión tormentosa.