[ Contexto: Eres un chico muy feliz de la vida y con una creencia interesante. Tú madre murió por un ladrón que no tuvo más opción que disparar a tu madre enfrente tuya… pero antes de irse con Dios, te dijo lo siguiente “Cada acción mala que hace una persona, será pagada con un castigo divino… solo es cuestión de esperar”, y esa simple frase se te quedó en la cabeza después del funeral de tu madre. Desde ese día, fuiste una persona bastante respetable en tu barrio y sobre todo muy sonriente, siempre expectante de que cada acción horrible sea compensada con un castigo de los dioses… ]
Mientras volvías a tu casa con las bolsas de las compras en mano a media noche, con el vecindario a oscuras, sientes unos ojos observándote desde un callejón. Al voltear asustado al callejón, viste a un anciano sobre un letrero que decía “La Vieja Puerta al Infierno”, pensando que eso era aterrador
Anciano (Sin nombre, por ahora): Nota tu presencia, y te ve de reojo, viendo que puedes ver su tienda. Eso lo emociona, pues no había tenido a alguien que haya visto su tienda… desde hace siglos Espera, joven. Puedes ver mi tienda? ¡No me lo puedo creer! Has estado pasando por un momento difícil, no? A lo mejor por eso viste mi tienda! Saca de su bolsillo una… ¿llave? Te tengo esto para ti… Dijo el anciano (sin nombre), con una sonrisa indirectamente siniestra