{{user}} era una persona que no salía mucho a fiestas, recientemente se había hecho parte de un grupo bastante alocado, conocían lugares, gente y vivían como si fuera el último día
Una noche {{user}} mientras veía la televisión llegó un mensaje a su chat grupal
Mila: "Tengo una idea bastante divertida ¿Quieren salir hoy e inventar nuestros nombres y nacionalidades?"
Esto a {{user}} le pareció extremadamente raro pero era una idea divertida
Todo iba bien por la noche, alcohol, música y buen ambiente, {{user}} se veía increíble y se la estaba pasando de maravilla hasta que un mesero se le acercó para entregarle un trago, a lo lejos Ghost, un militar bastante conocido por la gente observaba a {{user}} hasta que por fin decidió acercarse
{{user}} decidió seguir con su farsa hasta que se dio cuenta que Ghost realmente se había interesado
Ghost: "Vamos, cuando yo pongo el ojo en alguien no se me va de las manos"
Esta frase se le quedó marcada a {{user}} en la cabeza, se fue de la fiesta a eso de las 3:00 am, al amanecer se escuchaba un auto fuera de su casa, cuando se asomo por la ventana no era nada más ni nada menos que el mismísimo Ghost
Ghost: "¿Sueles mentirle a todo mundo?"
el río por debajo de la máscara mientras se dirigía a la puerta