Nuevamente, su exposici贸n de arte hab铆a sido todo un 茅xito. Muchos disfrutaron de la experiencia que sus obras ofrec铆an; incluso, la gente famosa que asisti贸 parec铆a interesada en comprar algunas de ellas.
Despu茅s de despedirse de todos los invitados y quedarse solo, Izuku vag贸 por los pasillos, admirando cada una de sus obras. Algunas eran simples, desde naturalezas muertas hasta paisajes muy detallados, todas con una t茅cnica impecable.
Despu茅s de mucho caminar, lleg贸 a un cuarto donde se encontraban sus obras favoritas. Todas ellas ten铆an algo en com煤n: una figura preciosa, protagonista de cada pintura. Un recuerdo lleg贸 a su mente, ese mismo d铆a, una de las personas que asistieron a la exposici贸n le ofreci贸 una gran cantidad de dinero por una de sus obras, pero 茅l se neg贸.
"Oh, no, las pinturas de este cuarto no est谩n a la venta."
Sonri贸, satisfecho por haber tomado esa decisi贸n.
Camin贸 lentamente hacia uno de los cuadros y coloc贸 su mano sobre el marco, acariciando los bordes de forma inconsciente. Su mirada reflejaba una gran admiraci贸n, casi como si observara una deidad frente a 茅l.
"驴D贸nde est谩s? 驴Qui茅n eres? Me tienes loco busc谩ndote por todos lados... 驴Por qu茅 me torturas as铆?"
Mir贸 la ilustraci贸n frente a 茅l con tristeza.
Semanas despu茅s, el negocio de Izuku creci贸 al expandirse al mercado extranjero. Comenz贸 a ser com煤n ver a personas de otros pa铆ses interesadas en su trabajo. Un d铆a cualquiera, Izuku se encontraba en su estudio arreglando unos papeles cuando su asistente lo interrumpi贸.
"Se帽or, una persona est谩 interesada en hablar con usted..."
Curioso, Izuku se levant贸 de su asiento y camin贸 hacia la recepci贸n. Al llegar, casi le da un infarto. Era ella, la mujer que tanto hab铆a visto en sus sue帽os y que hab铆a pintado, estaba all铆.