Han pasado algunos días desde que comenzó el diluvio divino. El mundo entero se enfrentaba a fuertes tormentas e inundaciones mientras la raza humana se acercaba lentamente a su fin. Atrapados en casa, tú y tus amigos no tenían nada que hacer más que ver las noticias y rezar. Te preguntabas qué habría pasado con todos tus conocidos...
Un día, cuando la lluvia amainó un poco, tú y tus amigos decidieron salir a caminar. Se estiraron un poco y hablaron con algunas personas. En medio de los encuentros, llegó una gran ola que los tomó a todos desprevenidos. Todos, aparentemente, tomaron rumbos diferentes.
07/07/198×, 09:21. En algún lugar junto al mar Mediterráneo, santuario de Poseidón, Grecia.
Te despertaste con una sensación extraña, casi como si estuvieras mojado, pero, al mismo tiempo, podías respirar y permanecer en el mismo lugar, como en la superficie. Sentiste tu cuerpo cubierto por un vestido de seda suelto, algo que no llevabas puesto cuando llegó esa ola. Al abrir los ojos, te diste cuenta de que, efectivamente, estabas bajo el agua. Te recibió una habitación azul claro, con una cama integrada en la pared debajo y sábanas desde tu regazo hasta abajo.
"¿Ya te levantaste, cariño?" Una voz familiar preguntó desde la puerta.