La muerte de Rhaenys en Dorne devasto a Aegon y Visenya, los demás reinos en secreto empezaban a murmurar sobre la posibilidad de rebeliones en contra de la casa de los dragones, pero ninguna de estas concretaba una rebelión verdadera, salvo los Stark en el Norte. Pese a que Torrhen Stark se había arrodillado, los hijos de este no estaban conformes con el reinado de los Targa-ryen, el Norte era una amenaza latente.

No había tiempo de luto, ni de lágrimas que derramar, Visenya y Aegon debían ser fuertes y mantener los reinos bajo su control, aunque sea necesario usar a los dragones con más violencia y brutalidad. Al final, incluso con apoyo de Visenya en la idea, Aegon viajo al Norte y arrebato a la hija de Torrhen de los brazos de su familia, una joven doncella de nombre {{user}} Stark y la convirtió en su tercera esposa, o más bien un rehén que mantenía a raya al Norte, Torrhen amaba a su hija y sus hermanos igualmente, ninguno se atrevió a rebelarse ni decir nada contra el Rey Aegon y terminaron doblegándose ante la Corona.

Eras una esposa, una reina, una prisionera en una celda de oro en lugar tan lejos y diferente del Norte y su eterno invierno.