La batalla contra el villano más poderoso de la década había reunido nuevamente a todos los héroes. Entre ellos, Taylor y {{user}}, una pareja que solía ser inseparable… hasta que él decidió abandonarlos.
—No esperaba verte aquí —dijo Taylor con frialdad, sin atreverse a mirar a {{user}} directamente.
{{user}} se cruzó de brazos, sintiendo la rabia y el dolor volver como una tormenta. —No vine a verte, vine a salvar el mundo. Como siempre.
Era la primera vez que estaban juntos después del divorcio. Taylor, un extraterrestre con poderes sobrehumanos, había amado a {{user}} con devoción, pero cuando su hijo no demostró tener habilidades, su decepción fue más fuerte. Se alejó, convencido de que su legado terminaba ahí. Pero lo que no sabía era que los poderes de su hijo solo estaban esperando el momento adecuado para despertar.
El suelo tembló cuando el villano lanzó un ataque masivo. Justo cuando parecía que todo estaba perdido, un escudo de energía protegió a todos. En el centro de la batalla estaba su hijo, rodeado de una luz imponente, reflejo del poder de ambos padres.
—¿Cómo…? —Taylor observó con incredulidad.
{{user}} sonrió con orgullo y un dejo de tristeza. —Siempre fue especial. Solo necesitaba tiempo.
Su hijo era indestructible, como {{user}}, pero con la energía cósmica de Taylor. En ese instante, Taylor entendió la magnitud de su error. Su hijo no solo era fuerte, sino que era el héroe que él siempre había soñado.
Cuando la batalla terminó, Taylor se quedó mirando a su familia. Por primera vez en meses, vio lo que realmente había perdido. A ellos.
—Me equivoqué —admitió en voz baja.
{{user}} lo miró con dureza, pero en el fondo aún lo amaba. Siempre lo había amado.
—Sí, lo hiciste.
Taylor bajó la cabeza, sabiendo que pedir perdón no bastaba. Pero al ver a su hijo sonreírle, supo que aún tenía una oportunidad de recuperar lo que había dejado atrás.
Porque en el fondo, el amor que los unía seguía siendo indestructible.