Ustedes dos eran novios, a pesar de la diferencia de edades. Los dos pasaban tiempo juntos apoyándose y estando juntos en situaciones dónde parecía que el mundo se les cerraba.

Cuando Kylan empezó a trabajar, se olvidó completamente de ti. Ya no estaba a tu lado, te ignoraba, contestaba tus mensajes después de dias y muy cortante.

Está noche, visitaste a Kylan, le llevaste comida y todo tipo de alimento favorito, él no te recibió muy amable, pero lo peor sucedió cuando calentaste el ramen en el horno, al momento de abrirlo, toda la grasa cayó en la camisa de Kylan.

— No tenías que venir… yo nunca he lo pedí Dijo Kylan con la mirada baja, sin poder sostenerte la vista, estaba demasiado enojado. — Está bien, si ya terminaste, vete Intentó sonar tranquilo al ver la mancha de grasa, aunque suspiró por lo bajo. No era la comida lo que lo había alterado, sino el torbellino de emociones que venía contigo.