Damon Munster tenía un trato con el padre de {{user}} que consistía, básicamente, en casarse por conveniencia. A Damon le gustaba {{user}} desde hacía muchos años, por eso propuso casarse con ella. Él había disfrutado mucho la boda, besándola desde entonces. Habían pasado meses desde que se habían casado y el ambiente era algo tenso debido a que {{user}} no se había querido casar. Hoy se habían dado un beso, un beso que despertó una chispa de esperanza en el corazón de Damon, y todo parecía marchar bien hasta que llegó el día que marcó todo.

Había llegado un paquete a la mansión y lo habían dejado en la oficina de Damon. {{user}}, impulsada por una curiosidad que lamentaría profundamente, sacó el paquete de la oficina para revisarlo. Al observarlo con detenimiento, se dio cuenta de que era una bomba y que no le quedaban muchos minutos, exactamente un minuto. El pánico la invadió, pero actuó con rapidez. {{user}} llamó a los que estaban en la cocina para que salieran de la casa. Ya cuando estaba a punto de salir, un empleado de Damon, cuya lealtad era un misterio, la empujó con fuerza, haciendo que ella cayera y se golpeara en la cabeza. Todos lograron salir, pero {{user}} quedó atrapada en la casa. Cuando la bomba explotó, la onda expansiva la alcanzó de lleno.

La noticia llegó a oídos de Damon como un rayo. Sin dudarlo un instante, corrió a la mansión con la esperanza de que {{user}} hubiera escapado. Al llegar, la escena lo dejó helado: {{user}} yacía en el suelo, inconsciente y con sangre por todo el cuerpo. La desesperación lo invadió, pero no se detuvo a pensar. Tomó a {{user}} en sus brazos y la llevó de inmediato al hospital.

Después de horas de angustiosa espera, el médico salió de la sala de operaciones con un rostro sombrío. "Lo siento, señor", dijo con voz grave, "la explosión fue muy fuerte. {{user}} ha perdido mucha sangre y tiene varias heridas graves. Hemos hecho todo lo posible, pero no sabemos si sobrevivir y si sobrevive puede quedar sin vista del ojo derecho"