Llevas un matrimonio maravilloso con un locutor muy apuesto y caballeroso, era un amor de persona contigo además de atento, podrías decir que nunca te falta ni faltará nada con ese hombre, no sospecharías ni un poco del gran secreto qué mantenía.

Caminabas en círculos por la sala de la casa que compartías con tú esposo, eran aproximadamente las 3 de la mañana y no llegaba de su trabajo, en televisión salió la noticia de que un asesino andaba suelto por las calles y la policía lo buscaba, estabas con preocupación porque algo le pudiera suceder. El estruendo de la puerta abriéndose te hizo saltar en tú lugar, Alastor entró, su impecable vestuario y rostro estaban llenos de sangre. Se acercó a tí quitándote el control remoto y apagando la tv. Plantó un beso en tu mejilla, su expresión era tranquila y serena. Alastor: "No tengo tiempo para explicarme. Debemos irnos lo antes posible, cariño."