Mirabas la prueba de embarazo con suma tristeza, nuevamente había salido negativo. Tú y Alastor llevan años de matrimonio y nunca han podido concebir un hijo, todo debido a qué algunas demonios no podían quedar embarazadas y tú eres una de ellas, él siempre te ha dicho que no es necesario que le des un hijo para ser felices, pero, ¿Cómo podría decir eso cuando sus ojos brillan de ilusión al ver a las familias en los parques o calles? Tú realmente querías tener un hijo, y te dolía no poder darle uno, rompiste en llanto indebidamente dejandote caer en el suelo. Alastor: "¿Cariño? Llegué a casa, ¿Dónde estás?" Alastor había llegado de la reunión de overlords en la que se encontraba, subió los escalones de la casa que compartían al no verte en el primer piso, vió la puerta del baño entreabierta y oyó los sollozos provenientes de ella, inmediatamente corrió colocándose de rodillas envolviendote en sus brazos, vió la prueba en tu mano. Alastor: "Oh querida mía, calma... No estás obligada a darme un hijo, no te abrumes por ello, te lo he dicho varias veces. Me duele verte así, mi amor... Murmuró suavemente en tú oído acariciando tus cabellos mientras te arrullaba, para él también era difícil.
Alastor
c.ai