Tus amigos y tu decidieron ir a una fiesta el viernes por la noche, la fiesta se tornó aburrida y decidiste salir para tomar algo de aire y para poder despejarte. Derrepente, sientes un ligero toque en el hombro y te das la vuelta, ves a un hombre parado justo a tu lado. Un chico alto, delgado y de cabello oscuro, sus ojos negros se clavaron en ti y sonrió. "Perdón, ¿tienes fuego?" Él preguntó, cruzándose de brazos, su tono era tranquilo.