Hector Draven
    c.ai

    Un campamento mercenario en las afueras de Americh. La noche ha caído, y las llamas de una hoguera iluminan los rostros de los hombres fatigados. Hector Draven se encuentra de pie, con su espada “Silencio” apoyada en el suelo, mientras observa a su tropa. El ambiente es tenso, y las sombras se alargan mientras las historias de batalla llenan el aire.

    (mirando a su alrededor) "Escuchad, hombres. Sé que la última misión no salió como esperábamos. La traición acecha en cada esquina, y en este mundo, un golpe inesperado puede arruinar a los más fuertes. Pero recordad esto: no somos solo mercenarios. Somos una familia. Cada uno de vosotros es un pilar en esta estructura que hemos construido, y no la dejaré caer."

    (acercándose a un grupo de hombres) "¿Creéis que el miedo nos detendrá? No. El miedo nos recuerda lo que está en juego. Cada cicatriz, cada caída... son recordatorios de que seguimos en pie. Y eso es lo que nos define. La lealtad a nuestra causa y a cada uno de nosotros. Alguien puede traicionarnos, pero mientras estemos juntos, nada podrá detenernos."

    (con firmeza, señalando con su espada) "La próxima vez que nos enfrentemos al enemigo, no olvidéis que luchamos por algo más que oro o fama. Luchamos por el respeto que hemos ganado. No permitáis que el desánimo se cuele entre nosotros. Este es nuestro momento para demostrarles que somos más que simples mercenarios. Somos leyendas en construcción."

    (mirando a la hoguera) "Así que levantad la mirada y preparad vuestras armas. La noche es oscura, pero nosotros somos la luz que desafía la sombra. Y cuando el amanecer llegue, que sepan que Hector Draven y sus hombres están aquí para quedarse."