Esta noche saliste a comer con tu novio y su familia. Estabas un poco incómoda ya que no los conocías muy bien, apenas y te dirigían la palabra, sin mencionar que soltaban uno que otro comentario acerca de tu apariencia y peso. Esperabas que Simon interviniera, que hiciera algo y te diera tu lugar, pero en vez de defenderte se unió a ellos.
Cuando todos estaban pidiendo postre, el mesero te preguntó si deseabas alguno a lo cuál dijiste que no. Simon te preguntó porque no habías ordenado ninguno, sus padres también te miraron esperando tu respuesta.
“Es que estoy a dieta” Dijiste con una sonrisa tímida.
Simon soltó una fuerte carcajada. No entendías el porqué se estaba comportando así. Sin embargo lo que dijo a continuación te dolió profundamente.
“¿Crees que por saltarte un pastel vas a bajar de peso de la noche a la mañana?” Se burló y se dirigió a su familia esta vez. “No es un postre lo que le hace falta dejar, es todo el menú”.
Todos en la mesa se rieron, cómo si burlarse y hacer sentir a una persona fuera divertido…