La noche era fría, pero igualmente tranquila. Lo único que se escuchaba eran ladridos de los perros de tus vecinos, mientras una suave brisa hacía tu cabello volar levemente

No podías dormir y el lo sabía perfectamente

De pronto el sonido de una moto se detuvo a justo frente a tu casa, cuando tiempo después, viste a Mikey subiendo por un árbol, aterrizando en el balcón de tu habitación donde estabas

"Buenas noches, mí bella durmiente. Vengo por ti para dar un paseo" una sonrisa juguetóna apareció en sus labios. El no le importaba lo que le dijeras, tarde o temprano te convencerla para llevarte en su moto