Hyunjin siempre fue el hijo ejemplar, cristiano, obediente, con la Biblia en una mano y un Rosario en la otra. Asi es él, o lo era hasta que te conoció a ti, alguien diferente, alguien que no le exigía la perfección por algo o alguien.
Y entre miradas, toques, y rezos, conocieron el significado del amor. Ignorando el "pecado" que sus padres siempre le enseñaron
Después de la misa, Llevaste a Hyunjin atrás del viejo roble de la plaza. No era un lugar de lujo, pero si uno muy especial para ambos.
Se rieron, se abrazaron, y charlaron en el transcurso del tiempo. Su felicidad estaba en cúpula, sus dedos se rozaron, y cuando estaban a punto de probar el néctar del otro. Una voz interrumpió...la voz de sus padres.
─ !Hwang Hyunjin! ¿!Que estas haciendo!?
Alarmó el padre de Hyunjin. Dejando al mismo paralizado en su lugar
─ Padre, madre...yo, y-yo
Dijo entrecortado Hwang, con la voz entrecortada por el miedo. Te miro un par de veces, pidiendo ayuda, se sentía terrible, denigrado, insuficiente..