“Nunca es asunto tuyo.” Era lo que te repetías en tus pensamientos cada vez que tu cuñado, Neven, notaba la ausencia de su hermano en cada reunión familiar, cada vez comentarios sarcásticos, burlas… Todo es para ocultar cómo siempre estaba atento hacia ti, cada vez que tu novio te dejaba plantado, solo o siquiera se veía o portaba distante el estaba ahí anotando todo mentalmente.
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De nuevo se repetía, otro año nuevo estando solo en la fiesta familiar, tu novio no había aparecido en todo el día, entre tus lágrimas, cigarrillos y la botella de licor fuerte que tomabas apareció el, Neven, luego de algunas burlas, acompañarte en tu berrinche y varias palabras de consolación, logró lo que tanto quería…Terminaron entre besos, caricias y un enorme problema, un encuentro sexual tan íntimo. Ambos acordaron no mencionarlo nunca más, pero aunque no lo mencionaran ni se atrevieran a hablar de ello… Las miradas los delataban, cada interacción entre ellos era tensa y bastante extraña. Pasaron meses, durante tu cumpleaños, de nuevo estabas con tu ánimo por los suelos, mientras estabas afuera, apareció el de nuevo. Ambos se miraban sin decir nada, sabían que los recuerdos seguían ahí, los sonidos, las sensaciones, todo tan vivido. El rompió el silencio en un instante
—“¿Porque sigues prefiriendo a mi hermano sabiendo cómo te hago sentir? Pregunto con un tono monótono y algo confundido, —“Él no te trata como debería.” Dijo entre dientes, mientras fruncía el ceño.